Los soportes digitales como referencia de un universo nuevo

    Lo digital ha cambiado el mundo. Lo ha transformado a pasos agigantados. La técnica y su uso nos permiten nuevas perspectivas, nuevos aprendizajes, nuevas rutinas en las relaciones, nuevos instrumentos de trabajo y de estudio… El conocimiento está más al alcance que nunca, y todo gracias a los flamantes soportes, que, por cierto, ya no son tan nuevos. Ocurre que Internet lo ha impregnado todo, y lo ha hecho desde el ansia misma de lo global: El saber disponible lo está en tiempo real, casi de manera instantánea.

    Las capacidades de relacionarnos y de aprehender y de comprender la realidad circundante son enormes, en un momento en el que se puede dar, y de hecho ocurre, la contradicción del distanciamiento que ocasionan las saturaciones informativas y las inconexiones derivadas de la falta de datos para interpretar lo que acontece.

    Sobre el tapete del aprendizaje está el tradicional dilema de cómo optimizar lo nuevo, la tecnología, los últimos inventos en materia de traslación e interpretación de datos y de hechos. Todo depende de la utilización que se haga de las potencialidades que nos ofrecen los actuales avances sociales, económicos y también técnicos, informáticos y mecánicos. Los progresos son buenos si los usos son bien intencionados y si la instrumentalización que se haga de ellos es para el bien común y no exclusivamente para el particular.

    El debate está abierto, quizá más en expansión que nunca. Es lo que pretendemos con estas jornadas: generar preguntas, discrepancias, elementos críticos, con los que mejorar las ya más que ponderables ventajas de las TIC's y de Internet. Esperamos, para ello, contar no sólo con unos magníficos ponentes, que nos consta que así es, sino también con todos los que se acerquen a estas jornadas, hechas especialmente para cada uno de los interesados en estos asuntos. Ya veréis que mostraremos los nuevos soportes digitales como referencias de ese universo nuevo que ya se está gestando. Es cuestión de abordarlo con espíritu analítico.

Juan Tomás Frutos